Nuestro logo

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San Manuel González, titular de nuestra Parroquia, era un hombre profundamente eucarístico. Con su vida y con sus palabras, habladas y escritas, enseñó a amar profundamente al Señor realmente presente en la Eucaristía. Es por ello que el logo de nuestra parroquia tiene que ser eucarístico y, además, algo que ha estado desde el principio en nuestro barracón.

Efectivamente, en el frontal del altar está representado el bondadoso pelícano con la inscripción ADORO TE DEVOTE.

Los pelícanos son aves costeras de gran tamaño con mucha habilidad para la pesca. Cuando un pelícano tiene que alimentar a sus crías, vuela hacia el mar, atrapa algunos peces, los guarda en una bolsa que posee entre las plumas de su pecho y vuela de regreso a la costa para darle lo pescado a sus crías.

EXPLICACIÓN DEL NUEVO LOGOResulta que el largo pico del pelícano hace que muchas veces éste se lastime en su afán por alimentar a sus crías. Antiguamente también se creía que el pelícano, en tiempo de hambre, en lugar de dejar morir de hambre a sus crías, arrancaba partes de su propia carne para darles de comer. Es aquí donde nace la comparación con Cristo pues Él mismo nos da de comer de su Carne y de su Sangre. En cada Santa Misa, Cristo nos ofrece la Santa Eucaristía con todo su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Por eso en la historia de la Iglesia se han hecho muchas representaciones de Cristo como un pelícano que arranca partes de su carne para dársela a sus crías por amor.

Así como las crías del pelícano no podrían vivir sin el alimento que les da su madre, los hombres no podríamos tener Vida Eterna sin recibir la Santa Eucaristía.

El logo de la parroquia recoge esta imagen:

EXPLICACIÓN DEL NUEVO LOGOEL PELÍCANO, con las alas abiertas en señal de acogida, de abrazo, ofrece su pecho herido por amor, para que de su sangre y carne se pueda alimentar la cría. Muriendo da la vida. Es Cristo que se entrega en la Cruz por nosotros y se queda en la Eucaristía para ser nuestro alimento, «Pan vivo que da vida al hombre».

LA CRIA somos cada uno de nosotros que nos acercamos a la parroquia para alimentarnos de Cristo, de su Palabra, de sus Sacramentos, especialmente de la Confesión y de la Eucaristía. A la parroquia acudimos a recibir ese alimento de la formación cristiana, de la oración, y de la presencia real de Cristo en el Sagrario. Del mismo modo, que la cría vive por la vida que le ha dado el pelícano, nosotros vivimos de la vida que Cristo nos da y podemos recibir en la parroquia.

EL CIRCULO quiere ser imagen de la Sagrada Forma, alimento de nuestra alma, y también de la comunión de la Iglesia, unidos en torno al Señor. La parroquia es también un lugar de
comunión, familia de familias.

EL COLOR AZUL, nos habla de nuestra Madre María, no puede haber familia sin una madre, y nuestra Madre María Santísima nos trata con cuidados maternos y nos enseña a tratar a Jesús con la misma ternura, pureza, humildad y devoción con que Ella le trató.

ADORO TE DEVOTE, nos recuerda el himno eucarístico que compuso Santo Tomás de
Aquino en el que nos habla en la sexta estrofa del “bondadoso pelícano”. Este precioso himno lo
rezamos todos los jueves en la bendición con el Santísimo, y se puede rezar al Señor en el
Sagrario cada vez que se quiera, especialmente los jueves.

1. Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte.

2. Al juzgar de Ti se equivocan la vista, el tacto, el gusto, pero basta con el oído para creer con firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios; nada es más verdadero que esta palabra de verdad.

3. En la Cruz se escondía sólo la divinidad, pero aquí se esconde también la humanidad; creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido.

4. No veo las llagas como las vio Tomás, pero confieso que eres mi Dios; haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti espere, y que te ame.

5. ¡Oh memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al hombre; concede a mi alma que de Ti viva, y que siempre saboree tu dulzura.

6. Señor Jesús, BONDADOSO PELÍCANO, límpiame, a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero.

7. Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro cara a cara, sea yo feliz viendo tu gloria.

Amén.

ADORO TE DEVOTE